Es una especie de contra-campaña de la artista visual Lorena Wolffer. En ella plantea una crítica al modo en el que nuestros complicados tejidos sociales somenten a la mujer
Son diez carteles que anduvieron rolando por ahí con mensajes concisos y contestatarios, ante la brutal campaña publicitaria del Palacio de Hierro que presenta los estereotipos femeninos que ya conocemos de sobra...
Los elementos del cuerpo usable, receptor y pasivo de la campaña del Palacio son cambiados por los de otro cuerpo que vive, que tiene una opinión propia y única, además de su propio modo de percibir e interactuar con las características del entorno que la rodea...
"no se trata del lanzamiento de una campaña dogmática y políticamente correcta sobre la mujer mexicana, sino de crear un espacio publicitario alterno que invite al análisis de las intrincadas formas en que la sociedad construye y manipula nuestras nociones de la feminidad" (Lorena)
Oséase: el que sea feliz viviendo vida de maniquí, allá ella (o él)...
...Cada quién sus perversiones...