sábado, febrero 04, 2006

Duermo

Duermo
No me alcanza el cuerpo sordo
para que las cuerdas no callen
y duermo en mis entrañas sin brillo,
duermo en la caricia seca,
en mi propia sombra que se funde en la noche;
ésa noche, la que impone las tareas
y bajo siglos de mi propia historia duermo,
duermo bajo mis fantasmas,
antes de ahuyentar el recuerdo grisáceo
antes de ultrajar las palabras salvajes
que me despedazan la lengua
mientras culpo a la memoria endeble.
Duermo aquí, y espero en mi cornisa
hasta encontrar un recoveco
en la ruta donde pasa lo tangible
donde el lenguaje no juegue conmigo,
hasta que las cuerdas no callen
bajo la proclama del nuevo comienzo.

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